domingo, 11 de noviembre de 2018

Toronjadas


Francisco Antonio Gómez Arreciado, más conocido como Paco Toronjo, fue un héroe del haiku andaluz, un campeón mundial del resentimiento amoroso y un célebre cantaor flamenco.

Aunque Toronjo es considerado de forma unánime la máxima figura del fandango de Huelva, comenzó cantando sevillanas con su hermano Pepe. Los hermanos Toronjo grabaron varios discos y popularizaron las sevillanas bíblicas, que abordaban pasajes del Antiguo Testamento para concluir con alguna moraleja:

Dalila infame
mientras Sansón dormía
los hilos de la fuerza, supo cortarle
Sirva de aviso
Sirva de aviso
que a mayor confianza
mayor peligro.

Absalón presumía de sus cabellos
que no los mejoraban ángeles bellos.
Sirva de aviso
Sirva de aviso
que sus cabellos fueron
su precipicio.

Cuando la hermosa Judith
mató a Holofernes
lo hizo con caricias
no con desdenes
Que las mujeres
dominan a los hombres
cuando ellas quieren.


Cuando su hermano falleció prematuramente, Paco abandonó las sevillanas para centrarse en los cantes onubenses. No obstante, en 1992, ya en el ocaso de su carrera, participó en "Sevillanas", la película de Carlos Saura, cantando con la voz cascada pero el genio intacto una de sus míticas sevillanas bíblicas.

Hay cierta controversia respecto al origen del maestro. Aunque según algunas fuentes nació en Alosno, la cuna del fandango de Huelva, en 1928, hay quienes aseguran que nació en Almendralejo, una localidad extremeña, durante un viaje de sus progenitores. Esta hipótesis viene avalada por un curioso fandango que el propio artista solía interpretar:

Qué culpita tengo yo,
de no saber del fandango,
yo nací en Almendralejo,
provincia de Badajoz,
¿por qué habré nacido tan lejos?

En el 2012, catorce años después de su muerte, se estrenó en Huelva "Don Paco, el musical", un espectáculo flamenco que narra algunos episodios dramáticos de la vida del cantaor. La pérdida de su madre, su hermano y un hijo, que murió a los 23 años por una sobredosis, marcaron profundamente a Toronjo. Uno de sus fandangos decía así:

Perdí lo que más quería.
Ya no tengo na que perdé.
He perdío a la mare mía,
a mi hermano y a un hijo mío también.
¡Qué golpes me ha dao la vida!


El fandango de Huelva es una especie de haiku, una composición breve formada por estrofas de cinco versos octosílabos y cantada a un compás de tres por cuatro. Aunque estos cantes proceden de un espacio geográfico muy limitado, los expertos han registrado más de 32 estilos o variantes entre los que destacan los fandangos de Alosno, los fandangos valientes, los de Almonaster o los de Valverde del Camino.

Paco Toronjo dominaba como nadie estos cantes populares que condujo con su voz profunda y rota a las cimas del desgarro emocional. Y no solo era un fabuloso intérprete sino que además componía sus propias letras. Una especie de resentimiento sentimental parece impregnar toda su obra. Las mujeres de sus fandangos son criaturas hermosas y fatales, los hombres sucumben ante ellas como insectos atraídos por el hechizo de la llama. Hay quien puede considerarlo una especie de misógino recalcitrante pero también hay mujeres que defienden apasionadamente su legado musical, como Martirio, la gran dama de la copla y sus fusiones. Las únicas que se libran de sus reproches son las madres (como si no fueran también mujeres) a las que atribuye todo tipo de virtudes morales.


Por lo que parece, Toronjo era bastante aficionado a mezclar el cante jondo con la noche y la bebida. Se decía de él que era capaz de cantar durante toda la madrugada sin repetir un solo fandango. También abundan en su repertorio la exaltación del terruño y la apología de la dipsomanía. Pero dejemos que el maestro se exprese por sí mismo:

Llega a tu casa rendía
toda la noche alternando
llega a tu casa rendía
tus niños van dispertando
los abrazas con alegría
después te duermes llorando

Por ti
tus hijos al acostarse
siempre preguntan por ti
hay que ver lo que me cuesta
tenerle yo que mentir
diciéndole que estás muerta

A mi madre
cómo quieres que te quiera
como yo quiero a mi madre
si mi madre a mí me dio
lo que tú quieres quitarme
la vergüenza y la razón

Debe de durar una madre
lo que dura una palmera
pa que siempre tenga el hombre
una mujer que le quiera
y que le llame por su nombre

El riego
vi a una flor que se moría
porque le faltaba el riego
le dije una alegría
yo voy a ser tu jardinero
solo por salvar tu vida

Toa mi vida estudiando
en el libro del querer
y no he podio aprender
me dijo un sabio llorando
nadie entiende a la mujer

Tanto me das que sufrir
que tu amor será mi muerte
aunque por ti he de morir
no puedo pasar sin verte
dime tú si esto es vivir

Se hizo la luz pa tus ojos
y tus ojos pa la luz
el sol para el cielo azul
para mi gusto tu antojo
para mi desgracia tú

Si tú quieres olvidarme
yo me voy a un cementerio
no quiero que tú me mates
que yo solito me muero
cuando tu querer me falte

Desde niño yo aprendí
el fandango de mi gente
tanto de ellos bebí
que yo me fui haciendo fuente
y ahora lo beben de mí

Yo he visto a un rico llorar
y maldecir su destino
y he visto a un pobre cantar
por una copa de vino
y una guitarra templá

Lo que piensen los demás
a mi me trae sin cuidao
el dinero que he gastao
a nadie le he pedio na
que yo lo había ganao

Échame amigo otra copa
no aguanto la madrugá
vengo con el alma rota
porque la quiero a rabiar
y con otra piel se roza

Me acuesto con el relente
y me despierto con frío
cuando me quedo dormío
ya "jartito" de aguardiente
ese lunes del Rocío

Del amor yo me reí
porque no lo conocía
y me enamoré de ti
para que llegara el día
que se rieran de mí

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